Los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) muestran que algunos sectores siguen presentando un alto grado de discriminación de género en el lugar de trabajo. Esto es especialmente cierto en lo que respecta a las ocupaciones relacionadas con el cuidado de niños, la enfermería y la obstetricia, así como el trabajo en residencias de ancianos y en hogares privados, donde se emplea a trabajadoras domésticas.
Mientras tanto, se estima que 708 millones de mujeres en todo el mundo están fuera de la población activa debido a responsabilidades de cuidados no remuneradas, según estimaciones de la OIT. Ambas cifras ponen de manifiesto la disparidad de género entre las funciones que asumen las mujeres en cuanto a responsabilidades de cuidados, desde la crianza de los hijos a las tareas domésticas, así como la prestación de apoyo a las personas con discapacidad y a las que necesitan cuidados de larga duración.